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    El uso de uno u otro tipo de abono dependerá de muchos factores, como un acceso más fácil o difícil, qué duda cabe, si bien idealmente deberíamos analizar la composición de la tierra para conocer cuáles son sus carencias y, por lo tanto, aquello que precisa. Entre los abonos más habituales encontramos los siguientes cinco tipos de abono:


    1. Compostaje: El compost es el abono vegetal obtenido a través de la descomposición de restos organicos. Cuando el compost se hace aprovechando el proceso digestivo de las lombrices se le conoce con el nombre de humus de lombriz. Ambos tipos de compost podemos hacerlos en casa a distintas escalas, bien con con un compostador o con un vermicompostador.

    2. Turba: Las turberas son lugares donde se acumulan y fosilizan residuos vegetales. De ellas se extrae la turba, que sufre un proceso de formación que dura siglos. Su composición dependerá de las características de cada turbera. Existen distintos tipos de turba (rubia, parda y negra) y su nivel de carbono depende del color, yendo en aumento cuanto más oscura es la tonalidad. Su composición es una mezcla de agua, materia orgánica y ceniza.

    3. Estiércol: Son excrementos fermentados de animales, ricos en nitrógeno, a diferencia de las cenizas aplicadas directamente, que carecen de él por completo. Si optamos por este tipo de abono, el comercializado está controlado, es inodoro y está controlado a nivel sanitario, sin perder propiedades.

    4. Cultivos de cobertura: También se le conoce como “abono verde” y consiste en enterrar plantas cultivadas para este fin, con el objetivo de enriquecer la tierra de un modo fácil y muy efectivo, sobre todo para recuperar la calidad de las tierras que han sufrido erosión o han sido sometidas a los agresivos tratamientos de la agricultura convencional.

    5. Guano: El guano procede de las deyecciones de las aves marinas, murciélagos y focas y se utiliza mucho para estimular el crecimiento y la floración. En el mercado encontraremos distintas variedades, por ejemplo como ingrediente de fertilizantes líquidos, en forma de varitas o granulado. Su gran poder fertilizante obedece a su alto contenido en nitrógeno, fosforo y potasio. Por su origen natural y su efectividad se utiliza mucho en la agricultura ecológica, aunque también tuvo un papel clave en los comienzos de la agricultura intensiva. Actualmente, podemos encontrar también guano artificial y, entre los naturales, tiene una gran demanda el guano peruano.

    Fuente; https://ecologismos.com